Escandaloso

Ayer, en una decisión colectiva y valiente que comparto, la inmensa mayoría de los diputados y senadores en Cortes Generales decidieron desnudarse. En mi opinión, si queremos prestigiar la política, la primera premisa es la transparencia, que la gente sepa lo que hay y que, más allá del amarillismo de las primeras 48h, piense un poco en lo que nos está ocurriendo.

Porque, que me llamen raro, pero a mí no me escandaliza que una persona que lleve 35 años cotizando a la seguridad social (alternando las clases en un instituto con un escaño en el Senado o en el Parlamento Vasco) tenga un coche, una vivienda y más de 400.000 euros ahorrados. No me escandaliza que una persona que haya dejado los mejores (y los peores) años de su vida, atesore tres viviendas y ninguna deuda a la eda de 60 años. No me escandaliza que un diputado, como le ha ocurrido a tantas otras personas, haya sido indemnizado con millones tras haber visto como sus ilusiones y una parte de su cuerpo quedaban enterrados tras los cascotes de la bomba que intentó matarlo.

A mí lo que me escandaliza es que a la inmensa mayoría de mis compatriotas no les escandalice que un vicepresidente del Gobierno de España no llegue a ganar 60.000 euros al año, cuando todos sabemos que:
- I. Sánchez Galán, Presidente de Iberdrola, cobra 16,5 millones de euros /año; Alfredo Sáenz, Consejero delegadoSantander, 9,6 millones; Antonio Brufau, Presidente de Repsol, 6,7 millones; Francisco Luzón, Director General del Santander, 5,7 millones; o Francisco González, Presidente del BBVA, que tiene un sueldo de 5,3 millones.
- Alicia y Esther Koplowitz, atesoran según Forbes unos 2.200 millones de dólares cada una, Florentino Pérez unos 1.900 y Albertos (Cortina y Alcocer) unos 1.200 por cabeza.
- Ronaldo y Kaká tienen un sueldo de 9 millones limpios al año y Mouriño 5,7.
- Cualquier alto cargo de una empresa mediana en España gana más que el Presidente del Gobierno.

Sin duda alguna, la medida adoptada por los diputados y senadores puede resultar incómoda y controvertida (también para las familias, que nadie las cita) en el corto plazo, pero será buena a medio y largo plazo. La transparencia nos ayudará a derrumbar los extendidos e injustos mitos sobre la política y los políticos. Debemos hacer mucha pedagogía y ganar la complicidad de la sociedad, haciendo que este no sea un hecho aislado, sino que sea el principio de un nuevo tiempo en el que, por ejemplo, cualquier ciudadano sepa en qué invierte su gobierno cada euro; en el que cualquier ciudadano sepa a quién se adjudica un contrato público, por qué cuantía y cómo se ejecuta; o en el que (por qué no), también las empresas y empresarios que perciban ayudas públicas estén obligadas también a rendir cuentas sobre las mismas y/o sobre sus ingresos en la plaza pública.

Por supuesto, creo que la democracia tiene muchos déficits. Creo que la política actual también. Pero como también creo firmemente en la una y en la otra, apuesto por reformarlas y ponerlas en hora con el tiempo que vivimos. Y con pasos como el de hoy, mañana conseguiremos dignificar el más noble de los oficios.