¿1M = 14M?
Son demasiadas las actitudes y declaraciones que, tras las elecciones del pasado 1 de marzo, empiezan a recordarme a las que vivimos en nuestro país después de la primera victoria electoral del presidente Zapatero.
Tras comprobar su imposibilidad de formar gobierno, las actitudes del PNV y del Gobierno Vasco en funciones que aún lideran, van desde la compra de vehículos para los nuevos consejeros, hasta las pegas a celebrar cuanto antes la sesión de investidura del lehendakari, pasando por el adelanto de las ayudas destinadas a sufragar las visitas de los familiares de presos de ETA a las cárceles o por la creación de puestos en el Instituto Etxepare tras dos años de inactividad.
En cuanto a las declaraciones, el ex presidente del PNV Xabier Arzalluz remató ayer la jugada diciendo que el PNV "difícilmente puede colaborar en nada" con el nuevo Gobierno vasco y que "ETA lo único que ha hecho es ponerle a Patxi López y a los suyos en el candelero". Anteriormente, otros fueron los que pusieron en bandeja el remate de Arzalluz. Así el 4 de marzo Urkullu dijo que la intención del PSE-EE de formar gobierno suponía un "golpe institucional"; el 14 de marzo Egibar acusó a quienes vamos a formar gobierno en Euskadi de hacerlo con "trampas democráticas"; a fin de mes, el mismo señor dijo que la mayoría parlamentaria que sustentará a Patxi López ha sido fruto de la "alteración de las reglas de juego"; el 5 de abril Ortuzar afirmó que López "va haciendo su camino hacia Ajuria Enea de mentira en mentira"; dos días después, la portavoz del gobierno en funciones advirtió al PSE-EE de que "asumir las poíticas activas de empleo como lo pretende López supondría una antitransferencia y una involución estaturaria"; el 12 de abril, en medio del ardor patrio, además de reafirmar que el nuevo Gobierno Vasco "nacerá de la trampa y de la mentira", Urkullu dijo a Ibarretxe que era "el lehendakari de Euskadi y Euskadi lo sabe";
Al margen de cualquier otra consideración, el PNV debería desmarcarse oficialmente y cuanto antes de las declaraciones de Arzalluz, porque ETA donde quiere ponernos desde siempre no es en el candelero, sino en el paredón (cosa bien distinta es que lo vaya a conseguir). Es absolutamente indigno de para un partido serio e intachablemente democrático, dejar pasar más de 24h sin rectificar a uno de sus más insignes militantes. Creo que es una exigencia.
Pero volviendo a la tesis que provocaba el post de hoy, y al margen de que se trate estríctamente de un problema del PNV para con sus militantes y votantes, las frases de los líderes del nacionalismo (que al paso que vamos, habrá que dejar de llamar "institucional") recuerdan en demasía a las que hace 5 años pronunciaban con fruición los olvidados Benet y Cosidó o los inolvidables Zaplana y Acebes. Quisiera recordarles que el PP, tras cuatro años de atrincheramiento y radicalización de los argumentos que le hicieron imposible entenderse con ningún otro partido para formar gobierno o simplemente para sacar una moción en el Parlamento, volvió a perder las elecciones del 2008.
Estoy convencido de que en cuanto el nuevo Gobierno Vasco comience a funcionar, el PNV tomará conciencia de su nueva situación, se relajará y todas estas salidas de tono quedarán en las hemerotecas como testimonio de su comportamiento previo al traspaso de poderes al primer lehendakari socialista desde la Transición. O no. En cualquier caso, allá ellos!
Tras comprobar su imposibilidad de formar gobierno, las actitudes del PNV y del Gobierno Vasco en funciones que aún lideran, van desde la compra de vehículos para los nuevos consejeros, hasta las pegas a celebrar cuanto antes la sesión de investidura del lehendakari, pasando por el adelanto de las ayudas destinadas a sufragar las visitas de los familiares de presos de ETA a las cárceles o por la creación de puestos en el Instituto Etxepare tras dos años de inactividad.
En cuanto a las declaraciones, el ex presidente del PNV Xabier Arzalluz remató ayer la jugada diciendo que el PNV "difícilmente puede colaborar en nada" con el nuevo Gobierno vasco y que "ETA lo único que ha hecho es ponerle a Patxi López y a los suyos en el candelero". Anteriormente, otros fueron los que pusieron en bandeja el remate de Arzalluz. Así el 4 de marzo Urkullu dijo que la intención del PSE-EE de formar gobierno suponía un "golpe institucional"; el 14 de marzo Egibar acusó a quienes vamos a formar gobierno en Euskadi de hacerlo con "trampas democráticas"; a fin de mes, el mismo señor dijo que la mayoría parlamentaria que sustentará a Patxi López ha sido fruto de la "alteración de las reglas de juego"; el 5 de abril Ortuzar afirmó que López "va haciendo su camino hacia Ajuria Enea de mentira en mentira"; dos días después, la portavoz del gobierno en funciones advirtió al PSE-EE de que "asumir las poíticas activas de empleo como lo pretende López supondría una antitransferencia y una involución estaturaria"; el 12 de abril, en medio del ardor patrio, además de reafirmar que el nuevo Gobierno Vasco "nacerá de la trampa y de la mentira", Urkullu dijo a Ibarretxe que era "el lehendakari de Euskadi y Euskadi lo sabe";
Al margen de cualquier otra consideración, el PNV debería desmarcarse oficialmente y cuanto antes de las declaraciones de Arzalluz, porque ETA donde quiere ponernos desde siempre no es en el candelero, sino en el paredón (cosa bien distinta es que lo vaya a conseguir). Es absolutamente indigno de para un partido serio e intachablemente democrático, dejar pasar más de 24h sin rectificar a uno de sus más insignes militantes. Creo que es una exigencia.
Pero volviendo a la tesis que provocaba el post de hoy, y al margen de que se trate estríctamente de un problema del PNV para con sus militantes y votantes, las frases de los líderes del nacionalismo (que al paso que vamos, habrá que dejar de llamar "institucional") recuerdan en demasía a las que hace 5 años pronunciaban con fruición los olvidados Benet y Cosidó o los inolvidables Zaplana y Acebes. Quisiera recordarles que el PP, tras cuatro años de atrincheramiento y radicalización de los argumentos que le hicieron imposible entenderse con ningún otro partido para formar gobierno o simplemente para sacar una moción en el Parlamento, volvió a perder las elecciones del 2008.
Estoy convencido de que en cuanto el nuevo Gobierno Vasco comience a funcionar, el PNV tomará conciencia de su nueva situación, se relajará y todas estas salidas de tono quedarán en las hemerotecas como testimonio de su comportamiento previo al traspaso de poderes al primer lehendakari socialista desde la Transición. O no. En cualquier caso, allá ellos!
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