Vuelve a casa… ¡y quédate!
(Imagen de elpais.com) La vida, la posición económico-social, el efecto eliminación u otros factores van colocando en puestos de responsabilidad a personas que, sencillamente, no son las idóneas para desempeñarlos con éxito. Esta es una realidad que se da en empresas y organizaciones variopintas. Las ofertas salen adelante, los clientes responden, las cosas siguen funcionando, pero ciertamente todo podría ir mucho mejor si fuésemos capaces de incorporar (y retener) a las personas con más talento en nuestro proyecto. En esta tribuna se han analizado en varias ocasiones las causas que nos llevan a centrifugar el talento en nuestras organizaciones, un fenómeno que se produce principalmente, y resumiendo mucho, cuando la mediocridad está en el puente de mando de las mismas. Pero siendo este un problema, lo peor que nos puede ocurrir como sociedad no es que el talento se escape de una empresa de Mondragón a otra de Llodio o Amorebieta. Lo peor es cuando, tras haber in...