¡Dejen paso!

Zurrar a los políticos está de moda. Es lógico, especialmente en tiempos de crisis. Siempre ha sido así. La suerte de los faraones del antiguo Egipto estaba ligada a lo buena o mala que fuese la crecida del Nilo; si no había una buena crecida, el sillón del faraón de turno corría peligro.

Pero la crisis económica no es la única explicación a esta situación. Hemos vivido otros períodos de crisis y, sin, embargo es hoy cuando la política y los partidos políticos están en su momento más bajo de credibilidad de las últimas cuatro décadas.

Las razones para explicar esta percepción tan negativa son múltiples. Hoy elegiré sólo una de las mayores críticas que se hace a la política. Se dice que se ha convertido en un modus viviendi para unos pocos, que están siempre los mismos, que taponan el paso a gente más preparada y con nuevas ideas, que no hay renovación. Y esto puede ser cierto, pero ¿ocurre sólo en política? ¿O se da también en otras esferas de la sociedad?

Por ejemplo, ¿ese tapón no se da también en el mundo de la empresa? ¿Se planifica adecuadamente el relevo generacional en nuestras pequeñas y medianas empresas, familiares en su inmensa mayoría? En nuestro país, de cada cien empresas familiares, sólo treinta superan el tránsito de la primera a la segunda generación; y de las treinta anteriores, sólo quince pasan a la tercera generación. Con estos datos, parece obvio que no siempre existe una estrategia de relevo en nuestras pymes para garantizar su continuidad.

Conclusión: está bien criticar a la política y a los políticos, ¡y por muchas razones! Pero antes de hacerlo, pensemos si predicamos con el ejemplo en nuestras empresas, en nuestras organizaciones, en nuestra casa,… No vaya a ser que hagamos lo que criticamos.

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