El alcalde está verde


En Vitoria-Gasteiz no queda más remedio que ser verdes, al menos, durante este año. Incluso aunque sea teñido, como el musgo del logotipo que adorna la Plaza de la Virgen Blanca. A diario nos lo recuerdan en una valla o en un anuncio. El alcalde se hace a diario una foto verde y no pensamos más que en verde. No existen otros colores. No hay matices rojos, ni marrones,… ni azules gaviota se ven ya. Todo debe ser verde. Se trata de un imperativo de la campaña publicitaria – supongo que de un coste como para ponerse verde –, que ha impulsado nuestro señor alcalde.

Aunque yo creo que si hay algo verde en Vitoria-Gasteiz es el propio alcalde. Nos encontramos ante un alcalde que, en mi humilde opinión, solamente piensa en lo que dicen los medios de comunicación. Un Alcalde mediático de la nueva escuela Popular de comunicación.

Pero más allá de la mercadotecnia, hay dos cuestiones que, como ciudadano, pero también como representante público, me preocupan. En primer lugar, que el alcalde adolece de la mirada global exigible a cualquier gobernante. Y en segundo lugar, que siempre parece necesitar un enemigo exterior al que hacer culpable de todos los males que nos acechan.

Vayamos con la primera. Este año Vitoria-Gasteiz es verde, sí. Y lo es gracias a la gestión de muchos trabajadores municipales, de muchos responsables políticos y, también por cierto, al impulso que los socialistas del Ayuntamiento le dieron en la legislatura pasada para la obtención del galardón europeo. Pero una vez que cambiemos de calendario, ¿con qué fácil eslogan nos bombardeará?

¿Cuál será nuestro color en 2013? ¿Y en 2014? ¿Y en el 15? Sinceramente, en un año de gobierno, y más allá de los eslóganes, sigo sin ver que el alcalde tenga un proyecto de ciudad. Lo mismo te plancha un huevo, que te coloca una estación donde iba un palacio, a cambio de un teatro con nombre en euskera. La regeneración de Betoño y el empleo eran sus prioridades en campaña, y hoy no son sino papel mojado.

En mi opinión, el alcalde olvida permanentemente la economía real. Tenemos la suerte de vivir – toquemos madera –, de nuestra mano de obra cualificada, de la riqueza que generan de nuestra industria con alta capacidad exportadora y eficiente competitividad. Como recuerda el profesor Rivera en su extensa bibliografía sobre nuestro territorio, somos un territorio industrial. Y es esta una posición que debiera enorgullecernos ya que gracias a ella estamos mucho mejor que la media europea.

Me preocupa la miopía de centrar toda la actividad institucional en el verde publicitario facilón para, a renglón seguido, insinuar que la industria es perversa y que podemos vivir de los servicios. Afortunadamente la economía local no depende del Gobierno Municipal Popular en exclusiva. La industria debe cumplir los requisitos medioambientales, debe combinar desarrollo y seguridad, pero debemos mimarla. Va en ello el futuro del empleo en nuestra ciudad.

Hasta aquí, la falta de mirada global. La segunda cosa que me preocupaba es la necesidad que nuestro alcalde parece tener de un enemigo exterior. No sé si el lector compartirá mi sensación, pero nuestro alcalde cada día me recuerda más a los insignes representantes de aquel partido que creció al calor del fuego que creaban sus mensajes incendiarios, a modo de caricaturas. De aquel partido que recabó sus apoyos paseando botijos al grito de “los bilbaínos se beben el agua de los alaveses”. De aquel partido que de la misma forma que creció, desapareció como por ensalmo. Es lo que tiene el populismo, que sólo nada en la coyuntura.

Pero decía que me preocupaba la búsqueda del enemigo exterior, porque más allá de las reminiscencias “mosquerianas”, esto sólo demuestra inseguridad en el proyecto que uno defiende. ¿Cómo se puede decir sin rubor, después de tres años haciendo loas semanales al Gobierno Vasco del cambio, que el lehendakari no apuesta por Vitoria-Gasteiz y Álava?

¿Es que acaso no es apostar por Vitoria-Gasteiz la inversión de más de 900.000 euros en la rehabilitación de la Catedral Santa María? ¿Y presupuestar más de 450.000 en la recuperación de las murallas del Casco? ¿Y gastar más de 50 millones en los últimos tres años en el sistema tranviario que ha revolucionado el transporte en nuestra ciudad? ¿E invertir más de 34 millones en infraestructuras sanitarias mientras en otros lugares, donde gobiernan los populares, cierran camas y quirófanos? ¿No es apostar por las gentes de Álava invertir 2,6 millones en 140 proyectos de intervención social desarrolladas por el Tercer Sector? ¿No es apostar por el motor de Álava, la empresa, las subvenciones por valor de más de 55 millones en diferentes programas industriales?

Estos son sólo algunos de los ejemplos de las intervenciones que ha hecho en nuestro territorio el Gobierno Vasco que preside Patxi López. Y lo ha hecho de la mano de las instituciones alavesas, sin mirar su color político en cada momento. Por tanto no es de recibo que seamos los vitorianos quienes paguemos los platos rotos por el PP. Un partido, a cuya vanguardia se encuentra nuestro alcalde, en campaña permanente contra el Gobierno Vasco y el PSE-EE, después de haber dinamitado nuestro acuerdo porque no le gustaba que defendiésemos el modelo Euskadi frente al modelo Rajoy.

Gobernar es una cosa muy seria que implica decisión, rigor, acuerdo y, sobre todo, cumplir la palabra. Pero esto no pasa en Vitoria-Gasteiz. Porque el alcalde, en lugar de mantener los puentes con el Gobierno Vasco, los rompe; en lugar de buscar consensos en el Ayuntamiento, los dinamita. Si no fuera por la enorme crisis y el desempleo que padecemos, hasta resultaría gracioso este vaivén político en que se ha convertido el Ayuntamiento de Vitoria. Pero me temo que no estamos para bromas. Estar verde está muy bien, señor alcalde. Aunque lo que necesitamos los vitorianos es que madure. Vitoria lo necesita.




Artículo publicado en El Correo - Álava (16.06.12)


Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Asi que ahora si somos Green Capital ha sido gracias a los socialistas. Nadie de los que han estado antes ha hecho nada, ni Cuerda, ni Alonso, ni los diferentes gobiernos vascos, nadie, solo los socialistas. Que total y absoluta falta de verguenza y escrupulos...
Óscar Rodríguez Vaz ha dicho que…
La vergüenza, anónimo, es la manipulación. Digo esto literalmente:
"Este año Vitoria-Gasteiz es verde, sí. Y lo es gracias a la gestión de muchos trabajadores municipales, de muchos responsables políticos y, también por cierto, al impulso que los socialistas del Ayuntamiento le dieron en la legislatura pasada para la obtención del galardón europeo".

Critica lo que quieras, pero por favor, un poco de fundamento. Si no quieres que te conteste, efectivamente, puedes manipular e incluso faltar.

Aio!
Óscar Rodríguez Vaz ha dicho que…
La vergüenza, anónimo, es la manipulación. Digo esto literalmente:
"Este año Vitoria-Gasteiz es verde, sí. Y lo es gracias a la gestión de muchos trabajadores municipales, de muchos responsables políticos y, también por cierto, al impulso que los socialistas del Ayuntamiento le dieron en la legislatura pasada para la obtención del galardón europeo".

Critica lo que quieras, pero por favor, un poco de fundamento. Si no quieres que te conteste, efectivamente, puedes manipular e incluso faltar.

Aio!
Óscar Rodríguez Vaz ha dicho que…
La vergüenza, anónimo, es la manipulación. Digo esto literalmente:
"Este año Vitoria-Gasteiz es verde, sí. Y lo es gracias a la gestión de muchos trabajadores municipales, de muchos responsables políticos y, también por cierto, al impulso que los socialistas del Ayuntamiento le dieron en la legislatura pasada para la obtención del galardón europeo".

Critica lo que quieras, pero por favor, un poco de fundamento. Si no quieres que te conteste, efectivamente, puedes manipular e incluso faltar.

Aio!

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