La línea roja
Quiero empezar este breve post mandando un fuerte, sincero y limpio abrazo a los amigos de Íñigo Cabacas y, especialmente, a sus padres. Aunque tengo un crío de 18 meses, creo que no soy capaz de imaginar el dolor que atraviesa sus almas.
Con todo el máximo respeto hacia ellos y su dolor, quiero hacer un comentario sobre lo que viene ocurriendo en la política vasca desde que se conoció la muerte de Íñigo.
Es seguro que el cainismo que, a grandes reasgos, viene transmitiendo el comportamiento político en los últimos años, es uno de los elementos que hace que los políticos seamos considerados como uno de los grandes problemas para la gente, según todos los estudios sociológicos. Y es que es ciertamente lamentable que en este país los partidos tengamos que aprovechar cualquier oportunidad para cargar contra el adversario. La gente está harta y, como he dicho en más de una ocasión, esto está avocado a un cambio: porque o cambiamos, o nos cambian.
Pero dicho esto, el hecho de que Pernando Barrena y sus correligionarios traten siquiera de dar lecciones de ética y de rechazo a la violencia "urbi et orbi", no es un ejemplo más de cainismo, no, es sencíllamente el colmo. Hay que tener poca vergüenza y creerse que todos somos idiotas, como para pensar que ya nadie se acuerda de lo que ha venido ocurriendo en los últimos 40 años! Pero cómo se atreven!
Y no, esto no es hacer política. Esto es marcar la línea roja que separa la decencia de la indecencia. Simplemente.
Con todo el máximo respeto hacia ellos y su dolor, quiero hacer un comentario sobre lo que viene ocurriendo en la política vasca desde que se conoció la muerte de Íñigo.
Es seguro que el cainismo que, a grandes reasgos, viene transmitiendo el comportamiento político en los últimos años, es uno de los elementos que hace que los políticos seamos considerados como uno de los grandes problemas para la gente, según todos los estudios sociológicos. Y es que es ciertamente lamentable que en este país los partidos tengamos que aprovechar cualquier oportunidad para cargar contra el adversario. La gente está harta y, como he dicho en más de una ocasión, esto está avocado a un cambio: porque o cambiamos, o nos cambian.
Pero dicho esto, el hecho de que Pernando Barrena y sus correligionarios traten siquiera de dar lecciones de ética y de rechazo a la violencia "urbi et orbi", no es un ejemplo más de cainismo, no, es sencíllamente el colmo. Hay que tener poca vergüenza y creerse que todos somos idiotas, como para pensar que ya nadie se acuerda de lo que ha venido ocurriendo en los últimos 40 años! Pero cómo se atreven!
Y no, esto no es hacer política. Esto es marcar la línea roja que separa la decencia de la indecencia. Simplemente.
Comentarios
Completamente de acuerdo en lo de que Pernaldo Barrena no tiene autoridad moral para condenar ninguna violencia. Pero tampoco creo que teneis vosotros derecho de quejaros por que se os critique la gestión de este tema que ha acabado con una persona muerta. Te recuerdo la demonización de los policías de Valencia que hizo tu grupo, unos funcionarios al fin y al cabo cumpliendo su trabajo igual que en Pozas. Pero hay una diferencia muy clara en Valencia iban con porras y en Bilbao con escopetas tirando bolas (Además parece que en la mayoría de paises europeos están prohibidas). Claro que en Bilbao no había cientos de cámaras para coger el más mínimo sopapo o el más minimo porrazo para llevarlo enseguida a facebook y twitter y reventar las redes sociales. Te enlazo un video que puso vuestro "ORÁCULO"
http://www.escolar.net/?s=SOPAPOS
Visto ahora con el cadáver todavía caliente de Iñigo resulta patética la campaña que se llevó a cabo. Te recuerdo que se cercaron las sedes del PP, hubo manifestacioes e insultos en las casas de varios políticos Qué te parecería si ahora se cercarían las sedes del Psoe. O si se iría en manifestación a la casa de Ares.Teniendo en cuenta que hay mucha diferencia entre dar unos porrazos y matar a un tío.
Un saludo,
Juan Mari
Un saludo,
Juan Mari
La muerte de Iñigo Cavacas vista desde Valencia"
Qué pena de organización.