Los faraones y CLIP
En el antiguo Egipto los faraones rezaban para que el río Nilo tuviera una buena crecida, lo que garantizaría una buena cosecha y cierta prosperidad. Los faraones siempre ganaban. Si se producía la crecida, sus rezos eran la causa. Si no se producía, los responsables eran los dioses.
La política (y los políticos) llevan años ocupando una posición de podio en el ranking de las preocupaciones ciudadanas en el país. Los tres principales sentimientos que provoca la política, según el último estudio del Centro de Investigaciones Sociológicas, son desconfianza, aburrimiento e indiferencia. Los tres sentimientos forman parte de un concepto más amplio: la desafección política.
Hay muchísimas causas que explican esa desafección: el incumplimiento de la palabra y de los programas, la confrontación permanente, la percepción de que los partidos van “a lo suyo”, la crisis de las instituciones de representación y la falta de virtud de sus representantes, la sensación de opacidad, etc.
La cuestión es que hoy, como en el antiguo Egipto, hay mucha gente (¿demasiada?) que se encomienda a versiones actualizadas de aquellos dioses para terminar con la desafección. Y es que, en demasiadas ocasiones, pensamos que esta situación obedece a causas que se escapan de nuestro ámbito de actuación, que no tenemos nada que hacer como individuos para combatirla. Sin embargo, la Historia nos muestra que desde el ámbito local se puede moldear buena parte de nuestra realidad.
Por ello, es necesario saludar el nacimiento de CLIP en Vitoria-Gasteiz. CLIP es el acrónimo de Ciudad Laboratorio de Innovación Política. Pero un clip, entre otras muchas cosas, sirve para unir papeles. A diferencia de la cola o de la grapadora, el clip permite que los papeles que ha unido no sufran ningún tipo de transformación y que, cuando queramos sacar cualquiera de ellos o queramos sumar otros papeles al taco, podamos hacerlo sin dificultad.
Exactamente eso es lo que simboliza la iniciativa que ha nacido en Vitoria-Gasteiz, un grupo abierto de personas de la sociedad civil vitoriana, con una alta conciencia política y con maneras de pensar muy diferentes. Gente que ha decidido no esperar a que amaine el temporal. Que no confía en que tenga que venir alguien desde otro lugar del planeta o desde el Más Allá a resolver nuestros problemas. Y que nace con el noble objetivo de que volvamos a creer en nuestras instituciones y en quienes están al frente de las mismas. ¡Casi nada!
Aquí tienes toda la información sobre CLIP:
📲Web
👨🏻🏫👩🏼💻👩🔬👨⚕️👩🎓👨🏼💼👩🏻💼🤦🏻♀️Comité Técnico
💥Evento público el 22-O
Foto: www.faraones.com
La política (y los políticos) llevan años ocupando una posición de podio en el ranking de las preocupaciones ciudadanas en el país. Los tres principales sentimientos que provoca la política, según el último estudio del Centro de Investigaciones Sociológicas, son desconfianza, aburrimiento e indiferencia. Los tres sentimientos forman parte de un concepto más amplio: la desafección política.
Hay muchísimas causas que explican esa desafección: el incumplimiento de la palabra y de los programas, la confrontación permanente, la percepción de que los partidos van “a lo suyo”, la crisis de las instituciones de representación y la falta de virtud de sus representantes, la sensación de opacidad, etc.
La cuestión es que hoy, como en el antiguo Egipto, hay mucha gente (¿demasiada?) que se encomienda a versiones actualizadas de aquellos dioses para terminar con la desafección. Y es que, en demasiadas ocasiones, pensamos que esta situación obedece a causas que se escapan de nuestro ámbito de actuación, que no tenemos nada que hacer como individuos para combatirla. Sin embargo, la Historia nos muestra que desde el ámbito local se puede moldear buena parte de nuestra realidad.
Por ello, es necesario saludar el nacimiento de CLIP en Vitoria-Gasteiz. CLIP es el acrónimo de Ciudad Laboratorio de Innovación Política. Pero un clip, entre otras muchas cosas, sirve para unir papeles. A diferencia de la cola o de la grapadora, el clip permite que los papeles que ha unido no sufran ningún tipo de transformación y que, cuando queramos sacar cualquiera de ellos o queramos sumar otros papeles al taco, podamos hacerlo sin dificultad.
Exactamente eso es lo que simboliza la iniciativa que ha nacido en Vitoria-Gasteiz, un grupo abierto de personas de la sociedad civil vitoriana, con una alta conciencia política y con maneras de pensar muy diferentes. Gente que ha decidido no esperar a que amaine el temporal. Que no confía en que tenga que venir alguien desde otro lugar del planeta o desde el Más Allá a resolver nuestros problemas. Y que nace con el noble objetivo de que volvamos a creer en nuestras instituciones y en quienes están al frente de las mismas. ¡Casi nada!
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