El futuro del PSOE y el modelo alavés


(Artículo publicado hoy en El Correo de Álava. Aunque esta realidad, no es solamente aplicable a Álava, por desgracia)


La pintoresca frase de 'el PSOE ha vuelto' tras la Conferencia Política ha resultado proverbial. Pensamos que habíamos inventado la rueda, y la montaña parió un ratón. Hemos vuelto, si. Pero para recibir un nuevo varapalo electoral que hace indispensable una regeneración sin ambajes y en todos los ámbitos: orgánico, político, personal y social. En cada agrupación, en cada ciudad, en cada pueblo y en cada Federación. Es el momento de que todos dejemos paso de forma irrevocable, en especial aquellos que más responsabilidad han tenido a lo largo de la última década. Todos.

En Alava, a este respecto, hemos sido alumnos aventajados, con pérdidas de cuota electoral y de credibilidad que van de veinte en veinte puntos porcentuales. Sólo jugamos a mayor, y hay que atajar la hemorragia si nuestra aspiración es la de liderar. Si por el contrario se trata de un proyecto familiar el que queremos, vamos por el buen camino.

Somos un partido laico, pero nuestra estructura y procedimientos se asemejan cada día más a los de la jerarquía de la Iglesia Católica; y nuestros procesos congresuales recuerdan más un performance en la Capilla Sixtina donde todo está atado y bien atado, que un debate político sereno y honesto. Somos un partido republicano, pero nuestras listas resultan más dinásticas que fruto de un proceso que premie el mérito y la pulsión social. En fin, que no predicamos con el ejemplo. Decimos una cosa, pero hacemos la contraria. Y nos han pillado.

Desde el pasado Congreso Provincial en que aspiramos regenerar el socialismo Alavés, y tras obtener cerca del 45% de los votosla nueva dirección apostó por la política de 'solución final'. Atrincheramiento y bunkerización, en lo político, de una parte. Y erradicación del adversario interno -el enemigo en casa-, en segundo. Desde entonces, el Secretario General no ha cruzado una sola palabra con la mitad de su Partido.

Concurrir a aquel Congreso fue interpretado como delito de alta traición, sencillamente porque la ortodoxia no admite la discrepancia. Y con el aparato, desde luego, no se juega. Ni con el alavés, ni con el vasco, ni con el Federal, faltaría más. Así, el hecho de plantear primarias abiertas a la ciudadanía, o listas abiertas es, pura y llanamente, herético para algunos, porque supone desarmar al aparato, llevándole a perder el control y la tutela efectiva del proceso. Y ese es un escenario que algunos -en Alava el Secretario General ya ha cerrado la puerta de forma pública a primarias abiertas para elegir nuestras candidaturas municipales- no están dispuestos a transitar.

¿Por qué esta cerrazón? La respuesta es cristalina. Y tiene que ver con la agorafobia. Si los procesos siguen siendo cerrados a cal y canto, es posible neutralizar al adversario con una adecuada instrumentalización del censo. Y los procesos electorales internos se convierten en una carrera por engordar el censo, afiliando a todo tu árbol genealógico vivo, con la inestimable connivencia del aparataje regional y federal. Entre bomberos, no se pisan la manguera. El aparato sabe cómo ganar congresos. El inconveniente es que ya no sabe cómo ganar elecciones cuando el censo lo gestiona el INE y no la secretaría de organización.

Hoy, el socialismo se encuentra ante una decisión crucial. O bien inicia su proceso de transformación a saco, en canal, 'motu proprio', y de manera inmediata; con generosidad y altura de miras. O la inmolación, lenta y dolorosa, seguirá viniendo vía resultados electorales, elección tras elección, mientras nos esforzamos en buscar eufemismos para calificar lo que no es sino un proceso imparable de degeneración y esclerosis.

Tratar de fiar la regeneración del socialismo español a un Congreso Extraordinario -arrinconando el proceso abierto de primarias- es no haber entendido nada. Sobre todo si éste proceso es  pilotado, hasta el último día, por quienes al fin y al cabo han asumido la responsabilidad del penúltimo desastre electoral. No quisiera concluir que se trata de un vano intento de tratar de cambiarlo todo para que todo siga igual, pero apunta en esa dirección.

Hace más de tres años, en Sevilla, nuestra dirección ignoró el clamor de quienes nos reclamaban proximidad y respuestas a sus problemas, cuando nuestra respuesta no había pasado sino por cambiar la Constitución e hincar la rodilla ante la derecha. Trabajamos una vez más en clave interna. Y dejamos para el futuro cuestiones que requerían de inmediatez. Ya advertimos entonces el peligro de pasar a la irrelevancia -ante la autocomplacencia general- si no afrontábamos con audacia los retos que estaban sobre la mesa.

Hoy ya no valen procesos tutelados, ni congresos convenientemente modelados y pasteleados. Si hay que abrir en canal el partido socialista exijamos responsabilidad, altura de miras y respeto. Y dese la voz a los militantes para elegir a su Secretario General, exigiendo el desarme del aparato y que sean  sus militantes -un hombre, un voto- y no sus fontaneros quienes perfilen el futuro del socialismo. Y antes de celebrar un Congreso, demos la oportunidad de compartir nuestra decisión con todos y todas las progresistas en unas primarias abiertas.

Parafraseando a deChartres y Newton, el PSOE ha logrado ver mas lejos, porque ha subido a hombros de gigantes. A hombros de pequeños y grandes hombres que dieron su vida en esta larga marcha por la libertad y la igualdad de los españoles, desde hace ya más de un siglo. Rindámosles el mejor tributo y reseteemos este partido de una vez. Se lo debemos a quienes nos precedieron, pero sobre todo a quienes  están padeciendo la injusticia y el atropello cada día. A esa ciudadanía que nos mira con estupefacción porque no nos reconoce y a la que le debemos una explicación. No tanto palabras, en esta ocasión. Ahora tocan hechos. Ahora toca conjugar el verbo dimitir. También el de regenerar, abrir, oxigenar y transformar este viejo partido de una vez y para el siglo XXI. Con decisión, pero también con nobleza y generosidad.



Ivan Ruiz de Eguilaz
Marian Gutierrez
Juan Carlos Alonso
Eduardo Mateo
Maite Carnero
Enrique Gutiérrez
Charo Carnero
Julio Herrero
MariPaz Larrumbide
Juan Carlos Asín
Oscar Rodriguez
Ruben Mateos
Paqui Fdez Guerra
Gelo García
Aurelio Romero

Militantes PSE-EE

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