Las leyes no escritas

Malo sería (lo que no significa que no ocurra) que los propios parlamentarios no conociésemos el contenido de las leyes que aprobamos. Pero casi es tan malo no conocer las leyes sobre las que escribo hoy. Son leyes que ni las hemos discutido ni las hemos aprobado en el Parlamento. Son leyes que sencillamente las dicta el sentido común y un mínimo de ética.

Me refiero concretamente a una ley no escrita que ha venido funcionando en la Cámara vasca con normalidad en los últimos años. En virtud de esa ley, si faltaba un miembro de un grupo parlamentario por razones de peso (respaldase este al Gobierno o se dedicase a hacerle oposición), otro miembro de otro grupo parlamentario opuesto al primero abandonaba el salón de Plenos durante las votaciones para no aprovechar la ausencia circunstancial y justificada en la bancada contraria.

Recuerdo tres casos recientes. En el primero de ellos una parlamentaria del PNV a punto de dar a luz no pudo venir al Pleno y, en consecuencia, una parlamentaria del PSE-EE se ausentó durante las votaciones aquel día. En el segundo de los casos ocurrió lo mismo, aunque esta vez la parlamentaria a punto de dar a luz era del PSE-EE y la que se ausentó durante las votaciones del PNV. En el tercero una parlamentaria de EA tuvo un accidente con su coche viniendo al Parlamento y, si no me falla la memoria, un miembro de mi grupo abandonó aquel día las votaciones.

Pues bien, parece que con el cambio de gobierno no sólo están cambiando las escritas, sino que también lo están haciendo las leyes no escritas. Y es que en el Pleno celebrado ayer mismo, hubo dos votaciones que mi grupo parlamentario estuvo a punto de perder debido a la ausencia (quizás no justificada para algunos) del lehendakari, sin que ningún miembro de la oposición tuviera a bien mover una ceja y mucho menos abandonar temporalmente el salón de Plenos.

Supongo que el asunto no se ha convertido en noticia precísamente porque el PSE-EE no perdió ninguna de la dos votaciones a las que me refiero. Pero no por ello pierde el hecho gravedad. Que, efectivamente, no tiene ni mucha ni poca, la que cada cual le quiera dar al incumplimiento de una ley de este tipo... aunque es verdad que para mí estas suelen ser las leyes más importantes. Estas son las leyes que le llevan a uno en confiar más en unas personas que en otras. Es la vida.

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