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Quien circule por la calle San Roke de Durango puede contemplar un bloque de viviendas donde más de quince carteles, algunos de ellos acompañados de ikurriñas, exigen desde los balcones y ventanas: 'Sederik ez' ('sede no'). En la planta baja del edificio, situado en el portal número 1 de la anexa calle Astxiki, se encuentra la razón de la reclamación: la casa del pueblo. Cinco meses después de que ETA devastara con una bomba la sede socialista local, los residentes han iniciado una protesta, con apenas precedentes en Euskadi y ninguno de este calado público, para que el local sea trasladado de lugar.
El atentado ocurrió alrededor de la medianoche del 9 de julio pasado. ETA arrasó el establecimiento del PSE con tres kilos de explosivos y...

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